“Agarrar el toro por los cuernos”. Con este dicho animábamos, en un número anterior de La Hoja de Higuera, a todos los higuereños ante la perspectiva de desaparición de nuestro pueblo como lugar habitado en unos cuantos años. Pues bien, después de casi dos años de andadura, desde la Junta Directiva de la AHA queremos exponer lo que pensamos, a día de hoy, sobre las diversas actitudes existentes ante el problema de despoblamiento de Higuera, con la intención de reavivar un debate que pueda conducir (¡ojalá!), a conseguir el objetivo principal por el que nació la AHA aunque, adelantando conclusiones, si no hay una reacción más activa de los higuereños ante este problema, ello no será lamentablemente posible.
Poca gente, poca unión
Recordamos que desde el principio la AHA ha considerado que un problema de tal naturaleza debería contar, para encontrar las soluciones, con la inmensa mayoría de los higuereños, y con su Ayuntamiento; pues bien, a día de hoy eso no se ha conseguido y tenemos pocas esperanzas de hacerlo.
La existencia de la AHA ha generado desde el principio esperanza en muchos, expectación en algunos, pero también rechazo o indiferencia en otros (las razones profundas, varias y complejas, pueden ser otro motivo de debate para entender los porqués).
Efectivamente, la esperanza de salvar a un pueblo de su desaparición es un hecho que tiene un enganche emocional indudable, y a ello han respondido muchos higuereños (más de120 socios y muchos simpatizantes de la AHA lo atestiguan), la mayor parte de los cuales viven habitualmente fuera del mismo. Gracias a ello se ha conseguido crear una conciencia cierta en todos los higuereños de que su pueblo se muere, lo cual era la base imprescindible para poder buscar soluciones concretas que ayuden a crear puestos de trabajo e instalación de familias, sin las cuales esa concienciación no habrá servido para gran cosa. Sin embargo, y después de año y medio, debemos afirmar, aunque no gustará a muchos, que la implicación real de los socios es escasa, limitándose en la mayoría de los casos a recibir “lo que llega”. Si no existe ese compromiso de participación efectiva, la Asociación se convertirá en una organización renqueante sin capacidad de proponer, actuar o influir, y tendrá también los días contados, y con ello habrá desaparecido la última posibilidad de agitar las conciencias al respecto.
Hay otros higuereños (incluso algunos son socios) que parecen estar a la expectativa y no acaban de decidirse a dar un paso adelante con una implicación más directa que podría contribuir a dar un nuevo impulso a poner en práctica ideas ya aportadas y otras que serían de interés.
Los indiferentes, dada la implicación emocional que supone un tema como éste, son pocos. Sin embargo no podemos llamar indiferentes a aquellos higuereños que viven la realidad cotidiana del pueblo, ya que la presión de necesitar día a día los servicios del Ayuntamiento hace que su posición de prudencia en exteriorizar su actitud sea comprensible.
Los que rechazan, en la práctica, las posiciones de la AHA, empezando por el Alcalde (no nos atrevemos a decir el Ayuntamiento en su totalidad, porque no conocemos con claridad la posición de algunos concejales, ya que nunca se han pronunciado al respecto) y siguiendo por personas cercanas familiarmente o por amistad u otras razones, mantienen argumentos (insostenibles si se analiza la trayectoria de la AHA desde el principio) relacionados con las supuestas razones políticas de la Asociación o de algunos miembros de su directiva, o bien se limitan a “tirar la piedra y esconder la mano” con acusaciones de variada naturaleza, infundadas, malintencionadas, increíbles, indemostrables. Por no hablar de la negativa real y permanente a negarse a la colaboración de los higuereños y de la AHA en la búsqueda de soluciones al Futuro de Higuera. Esta actitud crea una situación de enfrentamiento o indiferencia que tal vez sirva a algunos para intentar autojustificar su posición, pero que en la práctica imposibilita la unión de los higuereños para hacer frente con alguna garantía de éxito al problema de Futuro que nuestro pueblo tiene por delante.
A poco compromiso, muy poco futuro
En los tiempos que corren, marcados por el individualismo y la falta de compromiso social generalizados, y ante el panorama descrito más arriba y teniendo en cuenta la necesidad de encontrar soluciones rápidamente y llevarlas a la práctica porque el tiempo corre en contra ¿existe alguna posibilidad de Futuro para Higuera como pueblo habitado? Sinceramente, si sigue habiendo la falta de unión y de compromiso actual que existe entre todos los higuereños, creemos que no. Si ello finalmente se produjera, habrá que concluir que esos dichos “los de la Higuera hasta que se enteran” y el “orgullo de ser higuereño” tantas veces en boca de tantos, habrán sido sólo frases que en el momento de dar el paso al frente no se han traducido en nada concreto para “arrimar más el hombro” a fin de encontrar las soluciones a la existencia misma de un pueblo con cientos de años de historia por detrás.
Necesidad de cambios
No obstante la poco optimista exposición anterior, y a fin de dar nuevas oportunidades de futuro a nuestro pueblo, tal vez sería hora de empezar a pensar en el relevo tanto del Regidor del Ayuntamiento como del presidente de la AHA en sus respectivas organizaciones, y que ocupen su lugar otros miembros integrantes de las mismas que ayuden a salir del parón y del desgaste existentes en ambas organizaciones con el objetivo de posibilitar un mejor entendimiento entre todos los higuereños, única base posible para tener tal vez aún alguna opción de futuro como pueblo. Si esto no se consigue pronto habrá que concluir entonces, como el título de este editorial, “hasta aquí hemos llegado”. AHA
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